En la mitología griega Quirón o Queirón (en griego antiguo Χείρων Kheírôn, ‘el inferior’ de los hijos de Crono) es un centauro inteligente, sabio y de buen carácter, a diferencia de la mayoría de los de su clase. Era hijo de Crono y de Filira, una hija de Océano, y padre de Ocírroe con la ninfa Cariclo. Quirón vivía en una cueva del monte Pelión, en Tesalia, y fue un gran educador en música, arte, caza, moral, medicina y cirugía, y tutor de los héroes Aquiles, Áyax, Asclepio, Teseo, Jasón, Aristeo, Acteón y Heracles.
Pero ¿cómo empezó todo?
Crono, que estaba casado con Rea, se enamoró de Filira. Sin embargo ella lo rechazó y para escapar de su acoso se transformó en yegua. Cuando Crono se enteró, se convirtió a su vez en caballo y consiguió su objetivo; de este amor forzado nació Quirón.
Su fama de médico sabio y prudente corrió por toda Grecia. Quirón conoció a Peleo cuando Acasto, para vengarse de una presunta traición amorosa de éste, le invitó a una cacería durante la cual le robó la espada maravillosa que le había regalado Hefesto y lo abandonó a su suerte entre los centauros. Sin embargo fue salvado por Quirón, que recuperó la espada, profesándose desde entonces una gran amistad entre ambos.
Cuando Peleo se enamoró de Tetis pidió consejo a Quirón para encontrar la forma de seducirla ya que, como todas las nereidas, podía cambiar de forma a su antojo. Quirón le recomendó que una vez que la tocara y la atrapara no la soltase y, así, cuando se volvió calamar, la detuvo de un brazo y no la soltó hasta que regresó a su forma de mujer, con lo cual Peleo pudo tomarla a la fuerza.
Cuando Tetis abandonó a Peleo, éste entregó a Aquiles a Quirón para que lo educara junto con su madre Filira y su esposa, Cariclo, ninfa hija de Apolo. Tetis dejó a Peleo porque éste le recriminó los rituales que hacía sobre Aquiles para dotarlo de inmortalidad, consistentes en quemarlo y luego curar sus quemaduras con ambrosía. Peleo le arrebató a Aquiles sin dar tiempo a que Tetis cubriese con el néctar el talón del niño, y por este motivo entregó a Quirón al niño Aquiles con el talón quemado, así que lo primero que hizo el centauro fue tomar el hueso del talón de Dámiso, un gigante corredor recién fallecido, y con él reemplazar la taba de Aquiles.
Heracles le disparó accidentalmente una flecha envenenada con la sangre de la Hidra en el transcurso de una lucha con los centauros, que huían hacia la morada de Quirón. Éste contrajo una dolorosa herida incurable, que le llevó a ceder su inmortalidad a Prometeo, para poder así morir y escapar del dolor. Así, además salvo a Prometeo de su castigo eterno por haber llevado el fuego a los hombres. Fue ascendido al cielo como la constelación Sagitario, localizada en la elíptica del Zodiaco y que se puede ver desde el hemisferio norte, o según otras fuentes Centaurus.
Algunas fuentes especulan con que Quirón fuese originalmente un dios tesalio, posteriormente subsumido en el panteón griego como un centauro.
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