Grecia se agita. Antes de la huelga han ocurrido cosas como el lunes cuando un grupo de maestros entró por la fuerza a las instalaciones del principal canal de televisión estatal, en Atenas, para manifestarse en contra de los recortes en el sector educativo. Pero por desgracia, hoy han muerto 3 personas. Eran trabajadores de un banco en Atenas. Unos manifestantes produjeron un incendio y el trágico desenlace ha sido la muerte de 3 personas.
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un artículo del periódo El Mundo:
Irene Hdez. Velasco (E. Especial)
Atenas.- Al menos tres personas han muerto en Atenas durante las movilizaciones que hoy han sacudido la capital griega en protesta por el plan de austeridad anunciado por el Gobierno.
Las víctimas han sido dos mujeres y un hombre, una de ellas embarazada de cuatro meses, según fuentes próximas al Gobierno. Se desconoce si murieron por asfixia o por el fuego.
El incidente se ha registrado cuando, según testigos oculares, cinco jóvenes han lanzado cócteles molotov contra la entrada de una sucursal del Banco Marfin de la calle Stadiou, en pleno centro de la ciudad.
La entidad pertenece a Andreas Vgenopoulos, el 'nuevo Onassis" de Grecia, el hombre más rico del país. Pese a que el resto de comercios estaban cerrados, e incluso protegidos con planchas de metal, las víctimas estaban en su puesto de trabajo.
La puerta del banco, de madera, enseguida ha sido pasto de las llamas y el fuego se ha extendido rápidamente a la segunda planta de la sucursal.
Los testigos cuentan que una persona se ha lanzado a la calle desde el balcón de uno de los apartamentos para escapar del fuego, resultando herida. Pero otras tres habrían quedado atrapadas en el interior de la vivienda en llamas y habrían fallecido.
No obstante, medio millar de manifestantes han acudido al banco para exigir al Gobierno heleno que muestre los cuerpos, pues creen que se trata de una maniobra política para desligitimar sus protestas.
Las llamas ya han sido extinguidas, pero en el centro de Atenas aún hay una batalla campal en la que una minoría de violentos ha reventado cajeros automáticos y escaparates, además de pegarse con otros manifestantes y policías.
Los disturbios fueron provocados por ellos, quienes llegaron a las manifestaciones pertrechados con bates de béisbol, cascos y mascaras de gas.
Rabia contra las medidas
"Esto es la guerra. ¿O es que alguien se pensaba que íbamos a permanecer de brazos cruzados mientras pisotean nuestros derechos como trabajadores y dejan a nuestras familias en la ruina?".
Andreas tiene 39 años, trabaja en el servicio municipal de limpieza del Ayuntamiento de Atenas y gana 800 euros al mes. Como a todos los empleados públicos griegos, le van a quitar las dos pagas extraordinarias que cobra al año y le van a bajar el suelo.
Y, por eso, hoy está secundando la huelga general y se está manifestando, junto a otros miles y miles de griegos, por las calles de Atenas. Andreas está tan furioso que, en cualquier momento, es capaz de liarse a golpes contra la policía con la ayuda del grueso palo de madera que hace de mástil de su pancarta.
"Que paguen los ricos por la crisis". Con ese lema al menos 200.000 personas, según los cálculos de los sindicatos, están protestando por el centro de Atenas contra el paquete de medidas de austeridad que mañana aprobará el Parlamento.
"En Grecia son siempre, siempre los trabajadores los que pagamos los platos rotos. Y esta vez no lo vamos a consentir. Vamos a seguir protestando, a diario si es necesario. Pero no podemos tolerar que nos conviertan a todos en pobres", asegura Ilias Iliopoulos, secretario general de Adady, el principal sindicato de funcionarios.
Christos Balomenos, un profesor de 31 años de un colegio público, también está haciendo huelga. "Gano 1.100 euros al mes y, con las medidas de austeridad, me van a quitar las dos extraordinarias y me van a bajar el sueldo a 950 euros mensuales. Y, mientras, los precios siguen subiendo y subiendo. ¿Cómo voy a vivir?", se pregunta.
"La crisis no es culpa nuestra. Es culpa de las grandes empresas, así que les reclamen el dinero a ellas. Nosotros seguiremos manifestando y haciendo huelgas hasta que el Gobierno dé marcha atrás", añade.
La de hoy es, de hecho, la tercera huelga general que vive Grecia en el último mes y medio. Desde la medianoche no aterrizan ni despegan aviones en el país, los trenes están en vía muerta, los barcos que comunican las islas permanecen anclados. No funcionan los autobuses públicos ni el metro. Están cerrados los colegios, los hospitales sólo atienden los casos de emergencia, las oficinas públicas están clausuradas y los bancos han echado el cierre.
Las televisiones emiten sobre todo programas enlatados y en las calles se amonta la basura de ayer. Y numerosas tiendas están cerradas (excepto en Atenas, donde la mayoría de los comercios permanecen abiertos).